COLABORACIÓN DE RADHAMES RODRIGUEZ
MOCA EN LA FOTOGRAFÍA
En 1826 el francés Joseph Niepce inventó la fotografía, al lograr fijar el paisaje que veía desde una ventana de su casa. En 1829 junto a Louis Jacques Agüere, perfeccionó el daguerrotipo que ya había introducido a la República Dominicana A. Hartman, el cual llegó a confeccionar daguerrotipos o fotos en metal del Presidente Pedro Santana y de otras connotadas personalidades del país.
Luego de inventada la fotografía, es cuando comienzan a llegar al país los fotógrafos extranjeros, que enseñan a los nativos, muchos de los cuales se establecieron en diversas partes del territorio nacional. De ese modo llega a Moca su primer fotógrafo Pedro Luis Catinchi, de nacionalidad italiana, en 1892, luego Julio Aybar en, 1910, seguidos por los dominicanos Ramón Molina Lendof, en 1932; José Molina (Nene) en 1946, Manuel Rodríguez en 1948; Hipólito Salcedo, en 1950; Frank Olivares, en 1954 y Augusto Tejada, en 1971.
Muchos de nuestros fotógrafos, han transmitido sus conocimientos del oficio a sus descendientes: Ramón Molina, a su nieto Nelson Guzmán, Manuel Rodríguez, a su hijo Manelo y a su nieto José Perdomo III (Boggiteck) y Frank Olivares a su hijo Juan Carlos.
Los mocanos, recordamos con afecto a José Lizardo (José Bomba) quien retrataba como lo hicieron otros, con la llamada cámara de cajón, a la cual introducía su mano derecha para extraer la imagen tomada, su cámara es parte de la colección privada del Dr. Hugo Pérez Caputo, que la conserva en Moca como una valiosa reliquia.
Según he podido saber, el fotógrafo más destacado de nuestra ciudad fue Ramón Molina Lendof, a él acudía la madre del dictador Trujillo Julia Molina, para asegurar una mejor impresión, fue un verdadero artista, incluso llegó a ganar un segundo lugar en un concurso fotográfico celebrado en Puerto Rico.
Nuestros fotógrafos han captado a través del tiempo las diversas impresiones de la mocanidad, con las que han deleitado a su pueblo. Con su talento y la tecnología con que cuentan, han esculpido como si fuera en mármol, encantadoras muestras que son testigos mudos de la belleza y la gracia de la mujer mocana.
Como en muchos procesos históricos de importancia, Moca abre un espacio a la fotografía, por lo que al momento de establecer estadísticas de este género artístico en el país, hay que empezar a contar con Moca.
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