TRABAJO HISTÓRICO DEL DR. JULIO MANUEL RODRIGUEZ GRULLON
El primer caudillo que al
parecer no entendió, que los tiempos habían cambiado, después de la
intervención americana de 1916-24, con la construcción de carreteras y
la fueraza militar creada por el interventor y se rebeló contra Trujillo, en 1930, aún antes de que tomara posesión, fue Cipriano Bencosme.
Este era un veterano guerrillero, poseedor de una de las mayores fincas en la fértil zona de Moca, que incluía terreno montañoso; cuando Bencosme se levantaba en ella contra cualquier gobierno, en la época de Concho Primo, (1902-16), era imposible de someter a la obediencia.
En su enorme terreno, con frecuencia ofrecía refugio a perseguidos por diversas causas, a quienes daba la oportunidad de ganarse la vida honradamente; estas personas se convertían en mantenedores de la calidad de la finca y sus seguidores incondicionales.
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Era el mas grande productor de plátanos de la zona y cuando algún campesino del lugar necesitaba un racimo, solo tenía que presentarse a su finca y pedírselo.
Inició sus actividades guerrilleras en 1911, a los 47 baños de edad, cuando luego de la muerte de Mon Cáceres, en noviembre de ese año, el país se convirtió en un campo batalla.
Luchó contra el gobierno de los Quiquises ( Los Victoria) que sucedió al de Mon, con gran éxito y después de 10 meses de campaña, ocupó victorioso a Moca, al frente de numerosos partidarios, adquiriendo gran prestigio. Se levantó también en 1913 en la revolución del ferrocarril contra Bordas. A inicios de 1914, puso sitio a Puerto Plata, efectuándose legendarios combates, contra Domingo Peguero, comandante que defendía la Fortaleza San Felipe.
Durante los años de la intervención se dedicó a cultivar su finca, aunque también conspiró contra los invasores, razón por la cual fue encarcelado y maltratado.
Al construirse las carreteras y abrirse el mercado interno, (como hemos previamente señalado) a los productos del campo, Bencosme se convirtió en el principal proveedor de víveres y frutos, pero principalmente plátanos, de las poblaciones del Cibao, así como de la capital.
Era Bencosme en el trato personal un correcto caballero, muy leal con sus amigos y politi-camente estaba identificado con Horacio Vasquez, a quien siempre mostró una lealtad a toda prueba.
Su personalidad fue evolucionando a medida que entraba en años y se rozaba con personas de mayor nivel intelectual. Se despertó en el un interés por mejorar su nivel cultural y fue transformandose en un hombre civilizado, aunque nunca abandonó la malicia innata del campesino,
Era un hombre generoso, muy querido y respetado en todo el Cibao.
En 1924 fue elegido diputado por el Partido Nacional de Horacio Vasquez, apoyó la prolongación en 1928 y mantenía esa posición, así como su lealtad al caudillo colúo, cuando en febrero de 1930 Trujillo traicionó a Horacio y luego asaltó el poder.
Fue fácil ante estos hechos, convencer a un hombre como Bencosme, de que se levantara contra Trujillo. Se le prometió que se le entregarían armas venidas desde Puerto Rico, para el éxito de su rebelión, en la que contaría ahora con el apoyo de Peguero, su antiguo rival en Puerto Plata.
Bencosme se levantó antes de que llegaran las armas, que posteriormente nunca aparecieron.
Trujillo se traslado personalmente al Cibao a combatirlo y obtuvo aviones del dictador Machado de Cuba, para volar sobre la finca y montañas donde se había levantado Bencosme, que aterrorizaron a sus seguidores. Además, a su edad, Bencosme no era fisicamente el hombre de los años previos a la intervención. Se quedó solo en unas semanas. Se escondió en Jamao, allí los campesinos, aterrados por la crueldad trujillista, delataron su escondite, donde le dió muerte un pelotón del ejército venido desde Puerto Plata, el 19 de noviembre de 1930. Su cadáver, profanado, fue llevado a Moca en una pariguela y aquí se le dio una sepultura, muy inmerecida, para el historial de este hombre.